martes, 4 de septiembre de 2012

Kiss – Destroyer (resurrected) (2012)


Kiss – Destroyer resurrected (2012)


Generalmente al hablar de rock clásico surgen mutuos acuerdos sobre que bandas son indiscutiblemente iconos del género. Hablando específicamente de la década del 70, periodo donde el rock se caracterizó por desarrollarse notablemente en aspectos como fuerza, propuesta, complejidad y dureza, nadie sería tan necio como para negar que Pink Floyd, Led Zeppelin o Deep purple son figuras indiscutibles y predecesoras de cualquier sonido actual que escuchemos hoy en día en las nuevas propuestas que presenten algún tinte de Hard Rock, Metal o experimental.

No sucede lo mismo con Kiss, es decir, la aceptación de los melómanos hacia la banda oriunda de Nueva York no podría clasificarse de unitaria o general. Sin temor a relativismos, podríamos dividir la opinión de la audiencia de manera tajante y decir que quien no ama a “los Kiss” solo puede odiarlos. Claro, habrá fans mas objetivos que entiendan la irregular carrera de estos músicos y sus técnicas de mercadotecnia (que vaya que para esto tienen talento) pero para fines prácticos imaginemos el panorama de manera bilateral.

Y hablando de Kiss, mercadotecnia y rock, la banda ha reeditado (o resucitado) un clásico de su carrera. “Destroyer” es su cuarto disco producido en 1976 y uno de sus mayores éxitos comerciales. También se caracteriza por haber dado algunos pasos adelante en cuanto a evolución musical gracias a su productor Bob Ezrin, quien se valió de algunos trucos, arreglos y efectos de estudio para adornar el producto final que fue esta producción, se entregó un resultado más propositivo y hasta cierto punto aventurado si comparamos los trabajos anteriores de la banda con esta obra.

Básicamente lo nuevo que ofrece “Destroyer resurrected” es una completa remezcla y remasterización de cada una de sus piezas. Los clásicos “Beth”, “Shout it out loud” y la abridora “Detroit rock city” se escuchan mejor que nunca (sobre todo en los audífonos donde sorprende un sonido más amplio y envolvente). Además presume de presentar por primera vez  la portada oficial que fue rechazada en su tiempo por considerarse demasiado violenta, aún cuando lo “violento” eran unas ruinas en llamas y solo se cambio el fondo de la portada final.

La reedición había sido anunciada como un disco doble lleno de rarezas, demos, y tomas alternas pero, después de algunos retrasos en su salida, resultó ser un disco sencillo con solo un bonus track que presume tener un solo de guitarra diferente a la canción original (Sweet pain).

Algunos fans no han quedado complacidos con el nuevo “Destroyer”. Personalmente creo que el intento por revivir este emblemático disco de Kiss se ha quedado corto y, en el proceso de resurrección, algo definitivamente salió mal, o mejor dicho, no tan bien. Aún así, siempre se agradecerá escuchar “Beth” o el himno rocanrolero “Shout it out loud” con mas fidelidad y fuerza.

Si es usted fan de la banda como un servidor, no se arrepentirá de hacerse de este disco. Pero no espere demasiado. Solo suba el volumen y disfrute de uno de los trabajos más representativos de la época gloriosa de Kiss con su alineación original. Que se divierta.

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