IRON MAN 3
(Dir. Shane Black, 2013)
La franquicia hollywoodense dedicada a los comics es sin duda uno de los recursos más prolíficos de la
industria cinematográfica. El fenómeno comenzó en el año 2002 cuando la primera
entrega de El Hombre Araña, dirigida
por Sam Raimi, se estrenó con un éxito impresionante y, después de eso, otras
producciones dedicadas a nuestros superhéroes favoritos, las cuales durante la
década de los 90 enfrentaron cualquier
cantidad de obstáculos antes de ser canceladas, no se hicieron esperar. La era
digital sin duda facilitó la creación de universos fantásticos y por fin fue
posible ver, de manera fiel, a aquellos personajes que marcaron nuestra
infancia con sus aventuras y heroicos ideales.
Sin duda uno de los superheores más “beneficiados” de esta tendencia
ha sido Iron Man. Pocos personajes se
han retroalimentado tanto de su representación en la pantalla grande y
quizás solo Robert Downey Jr. Ha
experimentado una especie de redención en su carrera a través de Tony Stark y
su armadura de alta tecnología. El caso es que, la tercera entrega de Iron Man ya se estrenó en nuestro país y
la reacción de los fans en todo sentido no se ha hecho esperar. Hay quienes han calificado esta nueva
aventura como “la mejor”, sin embargo, los seguidores del personaje saben que
su historia ha sido sacrificada por el supuesto bien del éxito taquillero.
La trama es inesperadamente diferente y se situa poco después del
acontecimiento de Los Vengadores. Un
perturbado Tony Stark, víctima de presuntos ataques de ansiedad, vive encerrado
en su mansión perfeccionado su armadura y evadiendo la realidad a través de
interminables jornadas de trabajo. Un nuevo enemigo, el cual el propio Stark se
encargó involuntariamente de forjar años antes, se ha propuesto destruir todo
lo que el multimillonario posee y probablemente logre su cometido. Bajo
esa premisa, se desarrolla toda esta
aventura y muchos de los momentos clave de la película deben ser presenciados
para experimentar enteramente Iron Man 3.
Las actuaciones son impecables, Robert Downey está totalmente inmerso
en su personaje clásico y es difícil notar donde termina uno y comienza el
otro. Gwyneth Paltrow interpreta a Pepper Potts, y se encarga mayormente de
embellecer la parte femenina y en esta ocasión, heroica del filme. Sir Ben
Kingsley ofrece una actuación como El
Mandarín en la cual no bastan las palabras para describirla. Aún cuando el
papel de este archienemigo histórico de Iron
Man no es precisamente el esperado, Kingsley lo saca adelante triunfualmente
en todos los aspectos. Se aprecia la presencia de Guy Pearce y, por supuesto,
la de Don Cheadle. Las solidas
interpretaciones de estos actores de primera línea son la base perfecta para
una historia que es más una comedia de acción que cualquier otra cosa.
El cambio de director sin duda afectó el tratamiento normal de la
trama. Jon Favreau fue el encargado de presentar a Iron Man a como lo conocemos y, ahora, toma la batuta Shane Black
quien dentro de su experiencia tiene los guiones de la serie de películas Arma Mortal. Con ese antecedente es muy
fácil saber que se espera de esta nueva producción.
En general, la trama se centra en el hombre detrás de la armadura. La
historia es el camino en el cual Stark encuentra su lado humano y a la vez, el
sentido de su “poder”. Sin embargo, como verdadero fan, extrañé ver a Iron Man funcionando como debe de ser y,
sobre todo, pesa ver a su enemigo más acérrimo perderse entre chistes
momentáneos y superficiales. Sin embargo, si usted, amable lector, busca pasar
un rato agradable y divertido en compañía de su familia o amigos admirando a su
superhéroe favorito, sin lugar a la menor duda, Iron Man 3 es la película ideal para usted.
Iron Man 3 ya está en su
cine favorito.
Héctor Armando Herrera
Hectorarmandohv@gmail.com
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