martes, 24 de julio de 2012

The amazing spider man (2012)


Séptimo arte.

El sorprendente hombre araña

No se necesita ser agudamente perspicaz para intuir que uno de los nichos que mejor han resultado en la industria Hollywoodense los últimos 10 años (y con resultados no solo me refiero a dinero en taquilla que es igualmente obvio) es la franquicia dedicada a los comics.
 Por fin los avances tecnológicos en gráficos computarizados y, por consiguiente en efectos especiales, han facilitado la vida de los realizadores, y ¿Por qué no decirlo? de muchos de nuestros héroes favoritos. Por fin somos capaces de verlos en carne y hueso sin tener que ser testigos necesariamente de producciones fallidas llenas de humor involuntario como  algunos intentos en anteriores décadas de plasmar estos iconos de la cultura contemporánea. No me malinterpreten hay producciones excelsas como “Superman” de Richard Donner y Dick Lester o el Batman que redefinió Tim Burton pero también recuerden aquella pifia 90era llamada “Capitán America”. La modernidad tampoco los salva de estrellarse y de repente vemos verdaderos churros como “Ghost Rider” o “Los 4 fantásticos”.
 Precisamente uno de los abridores de este nuevo “boom” del año 2000 fue “El hombre araña”, en el 2002 el proyecto se le encargó al otrora director de culto Sam Raimi y logró poner al tejeredes a columpiarse entre edificios y escalar paredes a gran velocidad de manera visualmente impresionante. No hay duda que esta fue una de las versiones más exitosas durante la década pasada. Pero en el camino y, a falta de enfoques atractivos en sus secuelas y horribles actuaciones de su inteprete Tobey Maguire, “Spidey” perdió a sus seguidores y surgió la necesidad de redefinir al Héroe. O al menos eso intuyó la industria pues se apresuró en llevar lo más pronto posible una nueva versión, me imagino dirigida a las nuevas generaciones de fans como buen pretexto.
 Quienes ya compramos Spiderman en el 2002 nos enfrentamos a un nuevo ofrecimiento de comprarlo nuevamente. Otra vez la historia bien conocida de Peter Parker por sus entusiastas es contada, con el “novedoso” enfoque de ver más de su infancia y menos del enmascarado  y otra vez vemos como el personaje descubre sus poderes, diseña su traje, ve morir a su tío, le da una lección a quienes le hicieron sufrir en la escuela y… bueno básicamente vemos Spiderman en su versión 2012. La Justificación es este nuevo enfoque “moderno”, basado en una versión adolescente publicada anteriormente en los comics llamada “The ultímate Spiderman”.
Y aunque verdaderamente Andrew Garfield es un respiro como Peter Parker y ahora si se nos da la oportunidad de ver un clásico villano como El lagarto, Me encontré con una película llena de los clásicos clichés cinematográficos llevados un paso más allá y de una carga emocional a momentos forzada por su música incidental en algunas escenas. El respiro de ver  Gwen Stacy interpretada por Emma Stone nos hace olvidar completamente esa molesta versión de Mary Jane que hizo esa actriz la cual no recuerdo su nombre en este momento pero que no es necesario mencionarla o googlearla. Los efectos especiales están bien cuidados mas no son particularmente impresionantes y los diálogos son para olvidarse a los 5 minutos de haber salido de la sala. Al final hay un cameo para los fans totalmente incomprensible, me atrevo a decir que fallido.
Dudé mucho en pagar dos boletos de cine para ver esta nueva versión, encontré pretexto en escribir su reseña y me aventuré. Antes y después de la película hay un burdo dicharacho que no dejaba de rondar mi cabeza y quedo corroborado anoche: “Es la misma changa, nomás que revolcada”. ¿Quieres ver Spiderman y sus inicios de nuevo? ¿No te bastó ver a Tobey Maguire? ¿Quieres que tus hijos se diviertan y pasar un buen rato en familia? Debes de ver esta película. Quizás si hubiera escuchado cien veces menos la premisa de nuestro héroe me hubiera emocionado un poco. Pero no es el caso.

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