Metagenealogía de Alejandro Jodorowsky
(Ed. Grijalbo
2012)
Es probable que si uno siente
la pasión por el arte y emprende el camino del explorador, dentro de la
infinidad de propuestas y corrientes culturales que predominaron en las últimas
cuatro décadas con sus respectivas vertientes, lleguemos a toparnos al menos
una vez con Alejandro Jodorowsky.
No es fácil definirlo
habiendo sido director de cine, actor, guiñolero, mimo, dramaturgo, artista del
“happening”, escritor y psicólogo sin carrera durante sus más de 80 años de
vida. La verdad es que para admiración de muchos y desprecio de otros el
chileno es un personaje al que no se le puede simplemente ignorar. Sus
películas como “El Topo” filmada en México en los 70s y “La montaña sagrada”
sientan precedentes en el llamado cine de arte o de culto.
Durante los últimos
años el “Jodo” se ha dedicado a ampliar sus estudios de psicología y
publicarlos. Comenzó hace tiempo con la Psicogenealogía, teoría basada
principalmente en los estudios del padre del psicoanálisis Sigmund Freud y su
discípulo Carl Gustav Jung. Todo esto adornado con filosofías de distintas
religiones y añadiendo un toque metafísico y “sagrado” a sus teorías sobre la
personalidad. Sería difícil definirla en pocas palabras pero según su
definición básicamente nuestro perfil psicológico es en gran parte producto y
resultado de los errores, aciertos, defectos, virtudes y circunstancias de un
inconsciente familiar creado y transmitido no solo desde nuestros padres sino a
través de al menos dos generaciones anteriores a ellos.
Este 2012 se publicó
“Metagenealogía”. Así es como el artista y su compañera Marianne Costa han
decidido nombrar el siguiente paso dentro sus estudios del árbol genealógico.
El resultado de esta nueva publicación es una especie de manual lleno de
sencillos ejercicios para conocer o al menos intuir de manera más clara los
rasgos de personalidad de nuestros padres, abuelos y bisabuelos con el fin lograr
una identificación más profunda con ellos y comprender que no somos entes
separados de nuestros antepasados sino una extensión más de esta personalidad
colectiva forjada con anterioridad. Una vez entendiendo esto podemos dedicarnos
a la sanación de nuestro árbol, trabajamos para mejorar nuestros rasgos y
creamos consciencia no solo en nuestros descendientes sino en el entorno donde
nos desarrollamos.
Este es un libro
extenso pero amigable, resulta interesante para cualquiera que este dentro de
la mejora y superación personal, un género bastante gastado pero que en su
forma más sencilla es algo que para todos es recomendable. También para los
psicólogos que no estén casados precisamente con antiguas teorías, o
entusiastas de esta rama, este es un tema que les parecerá en el peor de los
casos interesante y definitivamente vale la pena revisarlo.
También son
recomendables los anteriores trabajos de A. Jodorowsky como “Psicomagía” y el
estudio y redefinición sobre los evangelios católicos titulado “Evangelios para
sanar así como su autobiografía “La danza de la realidad” la cual el autor se
encuentra actualmente filmando en Chile para llevar sus experiencias a la
pantalla grande.
Como les mencione
anteriormente, Alejandro causa rechazo o aprobación en el que se decide
conocerle a través de sus obras y filosofía pero, algo que también es cierto,
es que para digerir sus propuestas se necesita una voluntad de cambio en lo que
no nos gusta de nosotros mismos o bien, una necesidad de mejora en lo que
consideramos positivo en nosotros. Esto no puede ser instrumento de desprecio y
siempre resultará una cualidad admirable en quien decida aventurarse a desafiar
los límites de su propia personalidad.
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