Django sin cadenas
(Dir. Quentin
Tarantino, 2012)
Por Héctor Armando
Herrera
Este mes de Enero se estrenó la octava producción del director
estadounidense Quentin Tarantino. La película era una de las más esperadas de
la temporada y ha recibido excelentes críticas por parte de los fans y críticos
de cine en general. Las opiniones señalan que el director ha rodado el mejor
trabajo de su carrera. Sin embargo, como conocedor de la trayectoria de
Tarantino, pienso que una aseveración de tal extremo parece, cuando menos,
exagerada. Si deseas conocer un poco mas de “Django sin cadenas” acompáñame en
este artículo y quizás podamos decidir si estamos, o no, ante la obra cumbre
del director.
La premisa es bastante atractiva.
En el sur de Estados Unidos, poco antes de la guerra civil, el
cazarrecompensas King Schultz, interpretado por Christoph Waltz, compra al
esclavo Django (Jamie Foxx) para que este le ayude a localizar a una banda de
delincuentes conocidos como los hermanos Brittle. A cambio de esto, Schultz le promete la
libertad a Django. No obstante, después
de cumplida su misión, la pareja decide seguir trabajando en el oficio de
capturar delincuentes y cobrar su recompensa. Poco después, Schultz decide
ayudar a Django a encontrar a su esposa Broomhilda quien se encuentra
trabajando como esclava en una plantación propiedad del malvado Calvin Candie,
interpretado por Leonardo DiCaprio.
La trama cuenta con el típico sello creativo que Tarantino imprime a
sus películas, podemos ver recursos de cine serie “B” y escenas violentas las
cuales pienso que cualquiera que haga mención sobre lo explicitas que son en
esta producción, sencillamente no ha visto suficientes películas del director o
quizás las ha olvidado. La musicalización es la típica que Tarantino ha venido
desarrollando desde aquella doble producción tributo a las películas de artes
marciales titulada “Kill Bill” y los diálogos, aún cuando siempre son
inteligentes, entretenidos y muy al estilo del director, por primera vez se
puede ver que pierden, casi de manera imperceptible, un poco del brillo y la
genialidad que los caracteriza.
¿Es esta la mejor película de Tarantino? Hay dos respuestas totalmente
ciertas en el caso de “Django sin cadenas”. Estamos ante el mejor trabajo del
director pues jamás había juntado de manera tan magistral tantas actuaciones de
extraordinaria calidad en una producción. Cada uno de los personajes
principales está perfectamente interpretado. De esa manera, es un deleite ver
en una sola escena a Jamie Foxx, Christoph Walts, Leonardo DiCaprio y Samuel L.
Jackson interactuando a través de una mezcla de humor, suspenso, misterio y
drama al mismo tiempo. Esto es solo un ejemplo de la manera en la que el
director ha aprendido a manejar varios actores en un solo cuadro y esto puede
verse a lo largo de toda la trama. Otro logro importante es la fotografía. Por
primera vez pueden verse planos dignos de una superproducción sin perder el
toque de bajo presupuesto propio del director.
Quentin Tarantino está pasando de ser un director de culto a
convertirse en un cineasta de aceptación más comercial. Esta es la historia más
lineal que ha presentado y cuenta con muy pocos “Flashbacks” o cambios en la
continuidad de la trama como alguna vez lo hizo con “Pulp Fiction” o “Jackie
Brown”. Sin embargo, su lenguaje cinematográfico poco a poco se va
desarrollando y oficialmente se puede decir que Tarantino está creando un
estilo, no solo propio, sino también único y completamente original. “Django
sin cadenas” es una excelente producción, sin embargo para contestar si es o no
la mejor, cada quien tendría que responder individualmente a la siguiente
pregunta: Después de ver “Django Unchained” ¿Existe alguna producción del
director que desearías ver antes que esta nuevamente? He ahí la respuesta.
Están todos invitados a ver “Django sin cadenas”.